domingo, 7 de mayo de 2017

Todo empieza

El día que me casé, fue uno de los más tristes de mi vida. Ese día, quien fuera mi esposa, decidió irse de parranda con otras personas, antes de estar conmigo celebrando nuestro matrimonio.
Ante todo me presento, mi nombre es Joel Barthes, desciendo de un inmigrante francés que fue a parar a Argentina allá por fines de los 60's, mi madre, en cambio, es hija de un irlandés que fuera dueño de un anticuario en el barrio de San Telmo. Mi abuelo irlandés solía trabajar de lunes a viernes y esos mismos viernes a la noche, iba a un bar cercano a su trabajo a tomar todo el whisky que podía soportar, luego, como podía, se tomaba un taxi y regresaba a su casa, no muy lejos de ese bar y ese anticuario. Mi abuelo a pesar de ser alcoholico no era violento con nadie, tampoco era de hacer ridículos espectáculos en público como fiestas o lugares importantes, de echo, cuando la familia de mi madre tenía algún encuentro importante, mi abuelo solía no tomar casi nada.A mi abuelo francés no lo conocí, él vivía en Francia. 
Siempre fui un completo mediocre sin suerte, un tipo que desde adolescente camina por las calles buscando que le suceda un "Gran golpe de suerte", desde los amores hasta los trabajos. Cuando era un poco más jóven solía recorrer más las calles de día que de noche, pero de grande empecé a hacerme amigo de la oscuridad. En la noche se encuentran extraños personajes pero también a veces, aventuras interesantes que contar. Me casé con la única mujer que aceptó ser mi novia sin tantas vueltas ni peros, así como también, creo que ambos nos casamos más por la inercia de no quedarnos solos después de los 30 y tantos que por el amor que podríamos en verdad profesarnos. Mi pareja es una persona atenta conmigo en muchos aspectos pero muy reticente a pasar tiempo a solas conmigo, ella prefiere evitar a como diere lugar que estemos solos en alguna parte sin la conveniente vigilancia de algún chaperón, sea de su familia o de quien sea. 
Mi gran dolor proviene porque a lo largo de los años y de las distintas experiencias vividas, me he dado cuenta que lo mío es un fracaso perpetuo, yo he fracasado hasta en el arte de fracasar, con eso les digo todo. 
Nunca pude conquistar nada genuinamente, mucho menos a una mujer. Llevo por poseción valiosa tres objetos: Una chaqueta de color camel cruzada de cuero, que fue regalo de mi madre cuando cumplí los 27 años, una chaqueta de paño de color negro que fuera regalo de mi tío Baptiste la única vez que vino de Francia a ver a su hermano Yves (Mi papá) y un dije colgando de un cordón con forma de farol de mano antiguo, que me diera mi papá el día que fui mayor de edad. Tuve muy pocos éxitos, diría que casi ninguno y laboralmente hablando, siempre fui un mísero mediocre sin demasiada suerte, apoyado en el echo de que las paredes de mi casa, están libres de grandes diplomas y ninguna de ellas tiene un título universitario que podría llegar a ser mi "Defensa" en caso de "Necesidad y urgencia". 
No importa de que trabaje o que haga, siempre habrá alguien mejor que yo, siempre tendré un jefe o jefa gritándome, alguien que se burle de mí, dicho en otras palabras, soy tranquilamente el objeto de burla de cuanta oficina se preste a contratarme. Reconozco que me gusta leer casi todo tipo de libros pero no tolero los estudios formales, de echo, nunca fui bueno en la escuela, si pude terminar el colegio secundario fue por la piedad de mis profesores.
Si actualmente estoy "Casado" con una mujer que no quiere estar casi conmigo es más que nada por la piedad de un Dios en el que he creído toda mi vida y que me ha ayudado a soportar este calvario al que, por inercia, llamo vida. Un gran sabio podría decir que la mía no es vida, pero francamente si la llamo así no es por gusto, sino por costumbre. A mi edad no tengo ninguna posibilidad de ser alguien mejor, ni en el amor ni en la vida. Francamente soy un desecho de la sociedad, pero lo asumo perfectamente porque no tengo más remedio. Suicidarme sería una idiotez porque no haría más que alegrar a los dos o tres enemigos que me creyeron "Algo" como para tenerme su pequeño odio. Tuve muchos sueños, muchos deseos, pero nada concretado, creo que si existiese el genio de la lámpara de Aladino, sólo saldría de ella para reírse de mí y volvería a entrar a esa lámpara. 
En este blog, deseo contar un poco de mis miserias y de como cuando se nace estrellado, cuando se nace de espaldas a la suerte no hay como hacer que las cosas "Funcionen". Todo consejo, todo artículo de este blog o lo que sea que ustedes puedan leer no será más que para desahogar las miserias de mi vida, porque harto de llorar, necesito decirle al mundo que existo, que no soy un fantasma, que vivo y respiro como cualquiera y que para más, para colmo de males, hay muchos como yo que necesitan entender que si naciste fracasado, no busques dar de nuevo, la mano de barajas ya se jugó, y te tocó perder. Gracias por leerme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario